lunes, 7 de noviembre de 2011

Mi Nueva Familia

 (SEXTA ENTRADA FINAL)
Hemos pasado  casi una semana en casa de Miguel. Apenas empezamos a acoplarnos, pero todo marcha muy bien.
Aunque vivimos en el sótano de la casa, siempre estamos con Miguel y su mamá, Valeria, en la parte principal. Tratamos de ayudar en lo que podemos, aunque no es mucho lo que hacemos en nuestra condicion. Ellos literalmente nos mantienen, ya que, nuestra única fuente de ingresos era mi papá, y ahora ya no puede hacer ni siquiera los trabajos clandestinos que hacía antes, y que nos mantuvieron a flote el corto tiempo que estuvimos con mis abuelos.
Ahora la policía ha tomado medidas drásticas. Puso guardias en casi todas las colonias del país. Por esta razón mamá tiene miedo de que papá salga a las calles, y no permite salir a nadie de la casa.
Nuestros protectores nos hacen sentir como en casa. Nos dicen que todo acabará pronto, que ellos nos seguirán apoyando a pesar de las consecuencias. Nosotros estamos muy agradecidos con nuestros amigos por darnos asilo en su hogar, por hacernos sentir como de la familia, pero sobre todo, por habernos salvado de un hogar espantoso, ya que si no nos hubieran admitido en su casa, no sé en donde estaríamos ahora.
Miguel y Valeria son unas personas muy bondadosas. Nunca nos han hecho un desaire ni nos han reprochado los gastos adicionales que les hemos ocasionado a causa de nuestra llegada. Saben muy bien los riesgos que corren al tenernos escondidos bajo su protección, ya que  a menudo papá se los recuerda. Si llegáramos a ser descubiertos, ellos sufrirían la misma suerte que nosotros: los refugios.
En las noticias dicen que los refugios son horribles, la gente que habita en esos lugares es masacrada y humillada todo el día y viven todos amontonados en una casa pequeña. Las personas que aún no han sido atrapadas, como nosotros, viven con el temor de algún día ser capturados y ser llevados a eso lugares donde son reclutados para luego llevarlos fuera del país.

1 comentario:

  1. Excelente. Aquí hay dos oportunidades de emplear bien los dos puntos. A ver si sabe dónde deben ir. Cuidado con las repeticiones. Es fácil remediar este problema. ¡Oh! Y no sobrescriba. Basta decir "a pesar de las consecuencias". "Que esto conlleve" ya no hace falta.

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